A Ricky los niños no lo dejaban quieto, era un jala y jala, que si querían escuchar la canción "Había un sapo" por séptima vez y el pobre Ricky cantandoles "Había un sapo, sapo, sapo"... pues me ha pedido que le dibuje un sapito en el dedo gordo para cuando este cansado mover el pie y que los niños se diviertan y ustedes saben que esa es mi especialidad. Hemos llamado a Victor para que los calme y todos en el Beauty cantamos la canción de el bendito sapo al unísono.
En eso llega la princesa de Asturias, Leticia y le dije "Ay bendito, mija yo te estaba esperando pero los niños de Ricky no me dejan trabajar en paz.. "Sientate ahí, que ya te hago la manicura" Y ella me dice: "Ricky Martín, tia pero si ese es mi idolo y la canción del sapo que estan cantando la escucho mientras me baño". Uff, yo no sé si será bailando flamenco con el sapo o como, pero el punto es que todos estaban complacidos en el beauty. Algo que yo pensaba que iba a ser un problema se convirtio en lo más bonito del día, ahora quiero que Ricky venga siempre con Valentino y Matteo para que le añadan un poco de sabor a tanto esmalte.
Como decía mi abuela "No hay mal que por bien no venga" y todo depende del cristal con que se miren las cosas, y a mí me vino bien que los chamaquitos interrumpieran tanto, porque la Leticia quedó encantada, y es la primera vez que viene. Por eso le dije a mi compañera que no se hiciera un lío con los niños y mira (hasta yo que no soy amante de las criaturas); me ha parecido que los niñitos han traido chispitas al lugar.
Bueno, ya he llegado a mi casa, lo único que me interesa es abrir una buena cervecita "de esas de mi país" y llamar a mis amigas para hablar de algunos amores, mañana será otro día, no recuerdo a quien tenía anotado, pero imagino que será otro día normal...
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